- Semana Santa 2012 (5-9 de Abril) Las Hoces del Rio Duratón se nos resistieron...
A la hora prevista y tras cargar las bicis en la furgo salimos desde Azkoitia rumbo a Vitoria, donde habíamos quedado con mi hermana en un restop. Llegamos casi a la misma hora al lugar de encuentro. Partimos en dirección Burgos. Decidimos parar a estirar las piernas y a comer algo en el área de servicio de Tudanca y tras tomar un cafecito caliente, continuamos con nuestro itinerario.
Llegamos a Segovia a primera hora de la tarde y tuvimos la suerte de poder aparcar las tres furgos en el parquing que se encuentra cerca del centro. Visitamos la ciudad y el acueducto, no sin mojarnos claro, ya que cayó agua todo lo que quiso y más.
Atravesamos la ciudad de punta a punta hasta llegar al Alcázar. Preciosa construcción de origen militar, construida sobre una roca labrada.
Hicimos unas fotos desde el mirador y contemplamos las impresionantes vistas de las afueras de Segovia desde allí arriba.
Paramos a merendar y tomar un café con leche calentito en una cafetería de la plaza central de Segovia y aprovechando la tregua que nos dio la lluvia recorrimos el centro del pueblo por el otro lado contemplando el acueducto desde la parte de arriba. Impresionante y magnífico, una de las más soberbias obras que los romanos nos dejaron. Fue construido para conducir hasta Segovia el agua de la Sierra.
El lugar era muy tranquilo y mientras los niños jugaban al balón. Como anécdota hay que contar que el balón se les fue varias veces hasta la plaza del pueblo por lo que no era el lugar idóneo para este deporte. Preparamos las furgos y cenamos a la luz de la luna, una luna casi llena preciosa y una rasca considerable, también hay que decirlo. La noche transcurrió tranquilita, interrumpida solamente por la lluvia y el viento.
Por la mañana muy temprano, sobresaltados por la llamada de teléfono de mi hermana, descubrimos que estábamos rodeados de nieve, las ruedas de las furgos estban hundidas por un blanco manto de nieve, todo a nuestro alrededor era blanco, así que rápidamente recogimos todo y salimos zumbando de allí. El nerviosismo comenzó a mostrarse cuando al maniobrar las furgos, las ruedas comenzaron a patinar, y llegamos a pensar que no sería posible salir de allí sin ayuda. Tuvimos que poner las cadenas a las furgos ya que no sabíamos cómo estaría la carretera para bajar al pueblo.
En lugar de tirar a Sepúlveda, decidimos ir dirección Segovia pensando que estarían mejor las carreteras nacionales que las comarcales, así que nos desviamos de nuestro itinerario y acabamos en Segovia otra vez.
Desayunamos un croissant con un café y esta vez pudimos contemplar tanto el acueducto como el alcázar nevados, cubiertos por un manto blanco.
Antes de abandonar Segovia aprovechamos para comtemplar varios pasos de Semana Santa que por unos instantes nos dejaron sin habla. Quizás sean cosas mías, pero en esta foto hay ciertas similitudes que llegan a inquietarme. ¿ Sustituiremos los tambores de la Semana Santa por la melodía de Bob Esponja y terminaremos siguiendo el "camino" de Dora la Exploradora y su famoso mapa?...inquietante!

Buscamos un camping en el GPS y nos llevó hasta el Camping Riaza: Ctra. de la Estación s/n. 40500 RIAZA (SEGOVIA) Tel. y Fax: 921 550 580 info@camping-riaza.com
La pena fue el mal tiempo ya que el camping estaba muy bien, completo y con actividades para los niños. Después de comer y tomar un café en el bar del camping, decidimos dar un paseo hasta el pueblo de Riaza, precioso pueblecito lleno de zonas residenciales, con enormes zonas verdes preparadas con inmensos parques infantiles. Otro día sin poder bajar las bicis de la furgo. Esta vez ya vimos claro que iban a hacer el camino de regreso sin haberlas siquiera movido del portabicis, lo cual resultó bastante incómodo ya que cada vez que había que abrir el portón se necesitaba ayuda debido al peso que tenía.
Pernoctamos en el camping y tras un paseo matutino, al mediodía lo abandonamos con rumbo hacia Navarra ya que tras consultar el estado de las carreteras y el tiempo en diferentes comunidades autónomas, éste era el lugar dónde mejor tiempo pronosticaban.
Cuando llegamos a Puente la Reina, ya casi era de noche y tras dar algunas vueltas buscando un lugar donde pernoctar, decidimos hacerlo en el parking de una urbanización que se encontraba a la entrada del pueblo. Lugar muy tranquilo a pesar de encontrarse al lado de la carretera. Los niños tenían sitio para jugar a sus anchas y no molestábamos a nadie. Constantemente pasaban peregrinos por la carretera seguramente buscando también un lugar donde pasar la noche, el albergue estaba lleno así que muchos de ellos tendrían que buscar otro sitio donde guarecerse de la fría noche. Esta vez el cielo nos ofrecía una luna roja y llena.
Por la mañana nos acercamos al centro del pueblo, Ibon fue a urgencias ya que el dedo tenía cada vez peor pinta y le dolía bastante. Mientras, nosotros nos dimos un paseo por el centro con los niños y aprovechamos para comprar un pan casero y algo para picar.
Por fín el sol se dignó a aparecer y comenzó a calentar nuestros entumecidos cuerpos un poco, encontramos un merendero donde pasar la tarde disfrutando del calorcito que nos proporcionaba Lorenzo. Los niños pudieron correr y jugar a sus anchas y los mayores aprovecharon para estudiar un ratito, mientras nosotros nos dejábamos calentar por los rayos del sol tirados en la hierba.
Viendo que para el día siguiente no teníamos asegurado el buen tiempo y trastocados ya totalmente los planes iniciales, a las 18:00 de la tarde decidimos poner rumbo Azkoitia, acertada decisión ésta ya que nada más salir de Mendigorria comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia del día que no cesarón hasta pasados dos días.
De camino a casa, paramos en una gasolinera para poder vacias las aguas sucias y reponer los baños, para tenerlos preparados para la siguiente salida ya que esta nos había dejado un amargo sabor de boca.
El hecho de no haber podido hacer la ruta prevista en bici, y tener el portón trasero prácticamente condenado por el peso de las bicis fue un hecho que acarreó más de un cabreo de cabeza. Personalmente, esta salida nos ha servido para una toma de contacto con el montaje de la furgo, para sacar los defectos y las mejoras del óptimo aprovechamiento de la distribución de las cosas y la optimización de los recursos para la siguiente salida.
Nos ha quedado pendiente hacer las hoces del rio Duratón que las hemos aplazado hasta otro fin de semana con buen tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario